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El cabaret en Tepoztlán: ¿Por qué actuamos? ¿Por qué provocamos?
Desde los primeros años del Instituto Tepoztlán, la tradicional fiesta del sábado ha mantenido un elemento de humor y de juego, más allá de la música y el baile. Este espíritu juguetón no normativo empezó con unos breves sketches teatrales y ha crecido hasta convertirse en un componente importante de lo que hacemos durante la semana que dura el Instituto. El diálogo artístico con las lecturas teóricas y los trabajos que se discuten durante el Instituto se piensa como una actividad que construye comunidad porque centra la experiencia encarnada de formas colectivas de producir, compartir e intercambiar conocimiento más allá de las formas académicas tradicionales. En años pasados, esta actividad ha cobrado forma cuando los residentes asignados a un solo alojamiento escriben, diseñan, y montan la puesta en escena al estilo cabaret para la noche del sábado, nutriéndose de nuestras lecturas teóricas y las discusiones entabladas.
Originalmente, esta actividad recuperó varias tradiciones importantes en México, haciendo honor a la ubicación del Instituto. Uno de los géneros dramáticos más usados en el Instituto fue el “cabaret”: un bricolaje de expresiones creativas y artísticas, usualmente escenificada, que en México ha sido una forma importante de artivismo político. Las puestas en escena indígenas históricas y políticas también se han hecho presentes en Tepoztlán durante varias protestas (contra el campo de golf, la expansión de la autopista), en las que la teatralidad se ha usado como una forma efectiva para dar voz a la disidencia. En otras palabras, a través de la escenificación del cabaret, el Instituto Tepoztlán toma nota de las prácticas encarnadas situadas local y regionalmente para re-imaginar la resistencia y la protesta colectivamente. El humor y el jugueteo han sido clave para enfrentar y sobrevivir experiencias extremadamente difíciles y opresivas en América Latina, así como en otras regiones y tradiciones culturales del mundo.
En años recientes lxs participantes han argumentado a favor de expandir el alcance de esta actividad para incluir otras tradiciones artísticas y culturales y estar abiertxs a otras sensibilidades estéticas, incluidas las actividades individuales o grupales que lxs participantes consideren creativas, artísticas y/o libremente interpretativas. Animamos a todxs lxs participantes a traer algunas ideas para presentar uno o más temas de la conferencia y trabajar en cooperación con otrxs para elaborar una (re)presentación que pueda compartirse con el grupo la noche de nuestra fiesta, que celebra nuestra reunión con comida, música, baile y parrandeo.
La participación en el evento creativo/artístico incluye un gama amplia de posibilidades, como por ejemplo: hacer un performance en calidad de actor/a, cantante, bailarín/a, artista visual; asistir a otrxs intérpretes con utilería durante la escenificación; conformar una lista de reproducción o tocarla durante la puesta en escena de tu grupo; apoyar en el diseño de vestuario o los efectos especiales visuales o sonoros durante la escenificación; apoyar al grupo en la búsqueda de materiales y utilería en los mercados locales; asistir en la redacción de guiones, la letra para las canciones, o ayudar con la coreografía y articulación de las escenas de un performance; apoyar las escenificaciones como miembro entusiasta y devoto del público, etcétera. Cada grupo decide cuál de estas opciones le funciona mejor. Aunque la participación es voluntaria, nos gustaría invitar a lxs participantes a apoyar este componente de la conferencia de una manera que les sea cómoda.
Portarse mal, deschongarse, o montar el “show” siempre son cosas bienvenidas en el Instituto Tepoztlán. En particular animamos a lxs participantes a hacerlo de buena fe y con buena voluntad en el tenor de la amistad colectiva y solidaria de nuestra labor intelectual. La buena fe y la buena voluntad son componentes críticos en este proceso. En un intento por convertir lecturas históricas serias, traumáticas y con frecuencia detonantes y los marcos teóricos en un performance, es probable que se hagan sugerencias que en un contexto cultural pueden ser aceptables pero que en otro aparezcan como insensibles e hirientes. Este ejercicio de creatividad colectiva exige que lxs participantes se escuchen entre sí, sean empáticxs, se esfuercen por comprender la dificultad de la traducción cultural y, en última instancia, erren del lado de la cautela evitando que la inflexibilidad pueda lastimar a nuestrxs camaradas. Estamos aquí no solo para aprender de la lectura y la escritura sino para aprender unxs de otrxs.
Desde los primeros años del Instituto Tepoztlán, la tradicional fiesta del sábado ha mantenido un elemento de humor y de juego, más allá de la música y el baile. Este espíritu juguetón no normativo empezó con unos breves sketches teatrales y ha crecido hasta convertirse en un componente importante de lo que hacemos durante la semana que dura el Instituto. El diálogo artístico con las lecturas teóricas y los trabajos que se discuten durante el Instituto se piensa como una actividad que construye comunidad porque centra la experiencia encarnada de formas colectivas de producir, compartir e intercambiar conocimiento más allá de las formas académicas tradicionales. En años pasados, esta actividad ha cobrado forma cuando los residentes asignados a un solo alojamiento escriben, diseñan, y montan la puesta en escena al estilo cabaret para la noche del sábado, nutriéndose de nuestras lecturas teóricas y las discusiones entabladas.
Originalmente, esta actividad recuperó varias tradiciones importantes en México, haciendo honor a la ubicación del Instituto. Uno de los géneros dramáticos más usados en el Instituto fue el “cabaret”: un bricolaje de expresiones creativas y artísticas, usualmente escenificada, que en México ha sido una forma importante de artivismo político. Las puestas en escena indígenas históricas y políticas también se han hecho presentes en Tepoztlán durante varias protestas (contra el campo de golf, la expansión de la autopista), en las que la teatralidad se ha usado como una forma efectiva para dar voz a la disidencia. En otras palabras, a través de la escenificación del cabaret, el Instituto Tepoztlán toma nota de las prácticas encarnadas situadas local y regionalmente para re-imaginar la resistencia y la protesta colectivamente. El humor y el jugueteo han sido clave para enfrentar y sobrevivir experiencias extremadamente difíciles y opresivas en América Latina, así como en otras regiones y tradiciones culturales del mundo.
En años recientes lxs participantes han argumentado a favor de expandir el alcance de esta actividad para incluir otras tradiciones artísticas y culturales y estar abiertxs a otras sensibilidades estéticas, incluidas las actividades individuales o grupales que lxs participantes consideren creativas, artísticas y/o libremente interpretativas. Animamos a todxs lxs participantes a traer algunas ideas para presentar uno o más temas de la conferencia y trabajar en cooperación con otrxs para elaborar una (re)presentación que pueda compartirse con el grupo la noche de nuestra fiesta, que celebra nuestra reunión con comida, música, baile y parrandeo.
La participación en el evento creativo/artístico incluye un gama amplia de posibilidades, como por ejemplo: hacer un performance en calidad de actor/a, cantante, bailarín/a, artista visual; asistir a otrxs intérpretes con utilería durante la escenificación; conformar una lista de reproducción o tocarla durante la puesta en escena de tu grupo; apoyar en el diseño de vestuario o los efectos especiales visuales o sonoros durante la escenificación; apoyar al grupo en la búsqueda de materiales y utilería en los mercados locales; asistir en la redacción de guiones, la letra para las canciones, o ayudar con la coreografía y articulación de las escenas de un performance; apoyar las escenificaciones como miembro entusiasta y devoto del público, etcétera. Cada grupo decide cuál de estas opciones le funciona mejor. Aunque la participación es voluntaria, nos gustaría invitar a lxs participantes a apoyar este componente de la conferencia de una manera que les sea cómoda.
Portarse mal, deschongarse, o montar el “show” siempre son cosas bienvenidas en el Instituto Tepoztlán. En particular animamos a lxs participantes a hacerlo de buena fe y con buena voluntad en el tenor de la amistad colectiva y solidaria de nuestra labor intelectual. La buena fe y la buena voluntad son componentes críticos en este proceso. En un intento por convertir lecturas históricas serias, traumáticas y con frecuencia detonantes y los marcos teóricos en un performance, es probable que se hagan sugerencias que en un contexto cultural pueden ser aceptables pero que en otro aparezcan como insensibles e hirientes. Este ejercicio de creatividad colectiva exige que lxs participantes se escuchen entre sí, sean empáticxs, se esfuercen por comprender la dificultad de la traducción cultural y, en última instancia, erren del lado de la cautela evitando que la inflexibilidad pueda lastimar a nuestrxs camaradas. Estamos aquí no solo para aprender de la lectura y la escritura sino para aprender unxs de otrxs.